lundi 7 novembre 2011

jigsaw falling into place

Mientras caminabas disfrutando el violin que se acurrucaba en tus oidos, mientras olias la noche negra que se acercaba (no sabias si dentro o fuera tuyo), mientras una hoja anaranjada que caìa para siempre del árbol te rozaba la mejilla,  yo me dormia dentro tuyo y me disfrazaba de ojos verdes y tez blanca y algun color de pelo extavagante. Te dejaba que me construyeras suavemente tejiendo mi cabello de violines, llenando mi boca de noche negra, de dentro y de fuera; estampando a cada uno de mis gestos la gravedad de la hoja que cae. Con tus pasos me dibujabas en la oscuridad, para ocultar y tapar el vacìo de los pasos que alguien no ha dado, cuyas palabras ausentes habràn escrito una frase que dormìa bajo tus parpados y que, sin amenazas, parecia esconderse bajo tus ojos para dictarte un camino trunco. 
Pequeño tonto, pequeñito. Ahora sabés que no estoy hecha de violines y que aunque haya caído hace ya un rato  del árbol no tengo la gravedad color anaranjado seco que querés estamparme. Ahora vas a dejar de dibujarme de ojos verdes y me vas a hacer el favor de internarte en esa noche negra -de dentro, o de fuera- y acariciar la oscuridad para encontrar pelos enmarañados, hojas superfluas que juguetean con el viento y alguna que otra mujer que no esté ahí para desandar los pasos que alguien no ha dado ni tejer las palabras, ni borrar la frase que amenazaba con dicarte un camino trunco.
Ahora tenés un jigsaw falling into place. 
Y el vacìo de la pieza faltante es justamente la que completaba el paisaje.