mardi 22 mars 2011

dibujar

Acaso sòlo era un pretexto para fijarla en un espacio de tiempo, tomarla entre las alas y disecarla como una mariposa. Recorrerla, beberla con el lapiz como se bebe una copa de vino càlido y dejar que las gotas caigan poco a poco sobre el papel. Si rehacerla en un dibujo era reflejar con exactitud cada palmo de su cuerpo, eso queria decir que, de alguna manera, recorrerla era conocerla, con el grafito, con los dedos, con una lenta mirada que se demoraba en la rectilinea marca de su espalda. Si pretender plasmar sus gestos, su pose estàtica durante 2, 4 o 6 minutos en los que de a ratos se dormia, en los que seguramente reflexionaba a la lista de compras, a algun dêgat de eaux o al hecho que el sol salìa y se ponìa todos los dias sobre una lenta configuraciòn de ausencias era pretender siquiera conocerla, conocerla porque se recorre no sea mas que un gesto, entonces sì. Entonces te habràs disgregado en cienmil pedazos de tiempo porque no sòlo yo sino cada uno de nosotros te habrà observado, recorrido y disecado mientras apoyas la cabeza sobre tu hombro, cierras tus ojos y dejas que por 7 euros nos llevemos un pedacito tuyo, 2, 4, 6 minutos de Eleonora, de un gesto, de un escorzo ausente.